diciembre-enero 2023, AÑO 22, Nº 90
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La primera vez que leí a Julio Premat fue cuando se publicó Héroes sin atributos. Figuras de autor en la literatura argentina en 2009. De ese encuentro, no hubo vuelta atrás y su escritura crítica se tornó indispensable. Ese libro me acompañó durante muchos años, se me hizo imprescindible para pensar, para volver a mirar algunas figuras de autor de la literatura argentina y los modos en que esos escritores construyen imágenes, antes, después, ahora. Es un libro que revisa, que rescata figuras y las coloca en lugares disímiles a los que estaban. Las vacía y las vuelve a llenar. Me gusta mucho el verbo revisar porque es lo que Premat hace: va, viene, vuelve y se va otra vez. No se queda en lo dicho, no se sostiene en el pasado, salta entre los tiempos para definir lo literario porque sabe -lee muy bien- que la literatura es eso, un perpetuo cuestionamiento de lo irreductible. El año pasado llegó a Beatriz Viterbo la propuesta de Premat para el libro y pude leerlo en la previa a la publicación. Lo primero que pensé fue: otra vez Premat demuestra la habilidad para leer no uno, sino varios autores atravesados por un movimiento teórico, por un ritmo crítico que los hace distintos cada vez. ¿Qué será de la vanguardia? Utopías y nostalgias en la literatura contemporánea se pregunta por el lugar pasado, actual y porvenir de un fenómeno que abre campo en la literatura argentina.
Ahora, lo segundo que pensé fue, ¿otra vez la vanguardia? ¿Qué más decir sobre vanguardia? Volver a definir las vanguardias literarias parece, a simple vista, entrar en terreno minado, ya harto atravesado. Sin embargo, Premat se propone definirla “como si estuviésemos por primera vez ante ella, sin preconceptos, sin los esquemas históricos y las definiciones restringidas que acompañan toda enunciación del término”. Con mirada infantil, no por ingenua, pero sí por curiosa, se atreve a repensar, a imaginar, a inventar una nueva versión actual de la vanguardia. Practica en el interior de la escritura formas, operaciones, ensaya títulos posibles, define para retroceder en las mismas definiciones. Ensaya para darle entrada al saber sobre un campo minado, diseminado de la literatura argentina. A partir del seminario “Las tres vanguardias” de Piglia, vuelve a revisar una serie de escritores y a trazar esquemas posibles para pensar cómo rompen con lo establecido, cómo cuestionan el devenir de lo literario, cómo transgreden las encrucijadas de arte de su tiempo. La vanguardia se transforma, así, en un significante que se desplaza en un continuo para operar de acuerdo con cada experiencia anómala que se le plantee. Premat se atreve a poner en el centro a Piglia, a Libertella y a Aira para que la literatura dialogue con mecanismos y procedimientos, con imaginarios y escándalos de otras épocas, para desbaratar recursos y figuras provenientes de las vanguardias históricas, para poner, en principio, todo lo ya dicho en cuestión. Lo hace con la convicción de “la operatividad de lo anacrónico para juzgar la historicidad de la literatura”, y de que los fenómenos de los años noventa con los que va a trabajar son una muestra de que lo nuevo no se trata de una irrupción, un cambio o una ruptura, sino de “una permanencia, una constancia, que en ese contexto cambia de sentidos, se redefine, integra otros efectos e implicaciones”.
La literatura de la década del noventa en Argentina conversa amablemente con la de principios del siglo XXI para desentrañar eso que dicen que ha sido, eso que habrá de ser, eso que dice Premat, que será la vanguardia. En el libro de Premat, la vanguardia no es sólo un cúmulo de temporalidades disidentes, no es sólo la periferia que pretende no someterse al centro, no es sólo un pensamiento utópico; la vanguardia responde a la pregunta sobre la desaparición de la literatura, sobre el fin del arte.
El libro está dividido en tres grandes partes: una introducción impecable en la que ingresa en los detalles del término para poder, en la segunda parte, hacerlo conversar con las tres grandes lecturas del libro (Piglia, Libertella y Aira). Se desliza hacia lo que Premat llama “Propensiones” para pensar en la literatura argentina hoy y el vínculo que tiene con la formadora década del noventa. Bruzzone, Cabezón Cámara, Chejfec, Ortiz, Katchadjian, y Tabarovsky se mueven al ritmo de lo disidente, lo periférico, lo outsider, lo prematuro, lo tardío, lo atemporal, lo desplazado y lo desordenado para encontrar finalmente un modo de hacer de ese particular tratamiento del lenguaje la invención de un imaginario tan potente que se permite -Premat lo habilita- el diálogo con las tres figuras ya canónicas de la literatura argentina contemporánea. La última parte retoma la claridad expositiva de la primera para desacelerar y preguntarse por el poder de lo literario.
Otra vez, Premat habilita nuevas lecturas que heredan, que buscan precursores, que los niegan. ¿Qué será la vanguardia? es otro libro indispensable en la biblioteca de cualquier lector de literatura argentina.
(Actualización diciembre 2021 – febrero 2022/ BazarAmericano)