diciembre-enero 2023, AÑO 22, Nº 90

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Aproximaciones al modo Giordano de leer
El giro autobiográfico, de Alberto Giordano, Rosario, Beatriz Viterbo, 2020.

Al pensar la escritura de esta reseña me asalta una serie de preguntas. ¿Para quién escribirla? Ciertamente no para los especialistas, cuya interpretación de los ensayos de Giordano debe ser mucho más acabada que la mía. ¿Para los iniciados, con quienes me encuentro en las aulas virtuales de la universidad? Prefiero desviar esas incertidumbres y comenzar afirmando algo quizá más obvio pero no menos singular, y por ello vale la pena que sea dicho: escribo esta reseña porque muchxs esperábamos la edición de este libro recopilatorio. Muy pocas publicaciones gozan del privilegio (¿sería un ´privilegio´ de otro modo?) de la celebración de sus lectores sin la necesidad de la expectativa de lo desconocido. Quienes celebramos la salida de El giro autobiográfico ya conocemos, con mayor o menor detalle, el trazado del pensamiento reflexivo sostenido a lo largo de una década (el más reciente de esos ensayos recopilados está fechado en 2017) que allí se despliega en torno a un objeto difícil, evasivo, cuya fórmula pervive en los títulos de los tres libros: los dos que compila y el de la compilación. En gran medida entonces este ánimo está impulsado por el reconocimiento, en su doble sentido.

Esta reseña también se desvía de otra de sus tareas corrientes, sobre todo cuando se ocupa de un libro de crítica, como lo es la descripción y supervisión conceptual de los planteos que allí se construyen. Este volumen reúne (y al hacerlo, consolida) una serie de trabajos ya publicados: El giro autobiográfico en la literatura argentina actual (Buenos Aires, Mansalva, 2008), Vida y obra. Otra vuelta al giro autobiográfico (Rosario, Beatriz Viterbo, 2011) y cuatro ensayos dispersos hasta el momento bajo el subtítulo de “Insistencias”. No creo necesario abundar en aquella tarea dado que se trata de una reedición de dos volúmenes cuya recepción fue realizada con justicia en el contexto de su publicación original; destaco principalmente las observaciones de Mariana Catalin en el Boletín/15, texto que originalmente sirvió en la presentación de El giro publicado en Mansalva en 2008, y la reseña de Analía Gerbaudo para Bazaramericano en 2011 en torno a Vida y obra. Solo resta agregar que diez años después estos ensayos no han envejecido, ni el fenómeno del que se ocupan ha cesado de proliferar. Me propongo entonces una tarea más modesta: dar cuenta de los diversos intereses que puede despertar, o convocar, esta serie de ensayos críticos en esta nueva edición; atender a la fuerza del conjunto.

La lectura de la crítica de Giordano nunca es una tarea instrumental. En todo caso, es un modo aunque posible, empobrecedor. Justamente porque no leemos esta zona de su producción −sólo− para apoyar mejor nuestras hipótesis de investigación propias, es que es posible leerlos con otra finalidad igualmente crítica y aceptar la invitación a leer con Giordano. Si bien me doy cuenta de que estoy usando un giro retórico un poco remanido, decido mantenerlo menos por voluntad de evocación que por la precisión que considero que encierra: en estos ensayos no solo leemos la escritura de su lectura sino que además accedemos a un pensamiento de la crítica, sobre la crítica. Y ahí es donde me interesa señalar que muchxs lectorxs encuentran y seguirán encontrando en Giordano intereses críticos sin compartir objetos de lectura de cercanía. Me refiero, en definitiva, a aquello que podría llamarse el modo Giordano de leer.

Son dos los rasgos distintivos del Giordano ensayista que pueden reconocerse en esta recopilación los que me interesa comentar. El primero de ellos nos devuelve a la consideración sobre la fórmula de su título. Hay ahí un anzuelo, una sofisticación de la estrategia del clickbait, que en este caso promete la explicación o el abordaje de un fenómeno en su generalidad, de la tendencia (más que coincidencia, como dice Giordano siguiendo a Sarlo) en que se inscriben las escrituras autobiográficas de la literatura argentina actual. Aun cuando admite con María Moreno que quizá lo autobiográfico lleva mucho más tiempo estando “de moda”, la insistencia en “señalar la existencia de un giro autobiográfico como rúbrica que distingue nuestra actualidad cultural” se debe a que “las condiciones que orientan la producción y el consumo de escrituras del yo desde fines del siglo pasado inscriben el gusto por lo ‘vivencial’ dentro de parámetros inéditos” (95). La particularidad del fenómeno, su novedad, no sería tanto una cuestión de emergencia de los textos, o de su naturaleza, sino de las condiciones de recepción en que se insertan. Sin embargo, todos estos ensayos indagan un fenómeno más particular del llamado giro autobiográfico: el de las escrituras íntimas, noción que se escabulle entre cualquier intento de definición sustancial al mismo tiempo que la escritura de Giordano encuentra su tono, el del ensayista que avanza sin categorizaciones o catalogaciones −uno de los modos de la clausura de sentidos. La insistencia en conservar la fórmula aun cuando no se ajuste exactamente a aquello que se quiere leer, aun cuando algunos de sus exponentes declaren su incomodidad con ella, tiene un efecto que se añade a las razones que el propio Giordano aduce en el prólogo a Vida y obra: convoca lectores con la promesa de una expectativa que rápidamente se encuentran con el desbaratamiento de la generalidad de la fórmula. Es un modo más sutil, por lo tanto también más efectivo, de atacar la ´proverbial tendencia a la indiferenciación´ de la crítica sociológica que supondría, por ejemplo, la proposición de otra fórmula que la contraponga.

¿Cómo describir el carácter único de una obra atendiendo a la experiencia de la intimidad, que nunca es colectiva, tampoco generalizable? ¿Y cómo dar cuenta de un fenómeno múltiple sin reducir la singularidad a un conjunto, a una serie? Giordano se propone leer los modos en que cada uno de los textos que escoge plantea una posibilidad de hacer surgir lo íntimo, cada uno a su modo. Los reúne, entonces, a partir de una premisa o interés en común, atendiendo a lo que cada uno de ellos no tiene en común con ningún otro texto. Hace falta agregar a las preguntas anteriores una precisión más: tampoco se busca dar cuenta de un fenómeno múltiple en su totalidad, sino solamente abordar algunos emergentes dentro de ese fenómeno más general en el que es posible reconocer aquellos escritores quienes han logrado poner “talento en la vanidad”, superando la media del “egotismo desenfrenado” que caracteriza al giro. El efecto de recopilación de El giro autobiográfico descarta rápidamente el juicio superficial de “monotonía” temática que su propio autor con modestia le atribuye (13) justamente por su capacidad de atender a la formación de una tendencia (aun cuando el desinterés en señalarla se explicita) salvando los peligros de la crítica homogeneizadora, mediante un magistral ejercicio de close-reading atento a la especificidad de cada obra. El giro conforma un conjunto de singularidades; más que explicar objetos particulares, y definitivamente lejos del interés en ordenar las lecturas como “casos”, presta especial atención a las escrituras anómalas en relación con aquella tendencia. De este modo, la indagación crítica construye objetos singulares y la generalidad del fenómeno pierde la fuerza de clausura que otorga cualquier rótulo para convertirse en el marco de referencia en el que algunos experimentos autobiográficos son leídos y a la vez del que se desmarcan. El propósito, en definitiva, “es más discreto: entrar en intimidad con la intimidad de algunos escritores, eso que desconocen de sí mismos aunque lo muestre su escritura” (97), y pensar la continuidad entre vida y escritura (31).

El segundo rasgo a destacar, que se encuentra estrechamente ligado con el anterior, son las figuras del ensayista que componen estas páginas. Aunque no sean propias de El giro autobiográfico, aunque excedan esta recopilación, la fuerza con la que operan las convierte siempre en objeto de comentario insoslayable. Por un lado, se distingue el crítico convertido en escritor de su lectura, figura barthesiana que en el campo de la crítica argentina asociamos por excelencia con Giordano. ´Estrechamente´, digo (y me esfuerzo por no utilizar otro adverbio seguramente más pertinente pero me llevaría por el camino de las cacofonías y redundancias), porque en aquel propósito se condensa no solo el objeto de lectura, sino también la posición del crítico frente a él. La pretensión de entrar en intimidad supone un anhelo que, como todo deseo, no puede perseguirse directamente; en cambio, el escritor se predispone y sienta las condiciones para su emergencia. En este sentido, el objeto de estudio y la producción crítica se colocan en relación de contigüidad: los une una concepción de la escritura como ejercicio que abandona las pretensiones de reconstrucción de lo vivido o de la verdad para interesarse en otra, la de la escritura como intensificación de la vida. En palabras de Giordano, se trata de “dejarse conmover por la experiencia transformadora de lo íntimo (sin esa experiencia, la de los devenires impersonales enmascarados por los procesos de subjetivación, es imposible que una escritura autobiográfica se convierta en un ejercicio performativo).” (35) Acaso sea esta la marca más singular del modo Giordano de leer; sin dudas, es la que más me interesa a mí. Me refiero a la retroalimentación entre la rigurosidad en el uso de la teoría y la implicación subjetiva en la tarea crítica, a la precisión en el análisis al servicio de la indagación de la experiencia de lectura propia, cuyo resultado no es otro que el ejercicio de la crítica como medio de intensificación de la propia vida.

Por otro lado, la figura de ensayista que no se puede dejar de señalar junto con la anterior es la del polemista. Al mismo tiempo que Giordano buscó intervenir en la zona crítica del periodismo cultural gracias al empleo de la fórmula ya señalada, la operación del conjunto de ensayos de El giro autobiográfico (y de modo más marcado en el segundo de los libros que incluye, Vida y obra) consiste en la inscripción de la propia reflexión, del recorrido individual, en el debate más prolífico de los últimos años en la crítica literaria argentina. Me refiero, por supuesto, a la discusión entre las perspectivas Sarlo y Ludmer en la que Giordano se sitúa en esta serie de ensayos como interlocutor con la primera de ellas y polemista con la segunda. En el prólogo de 2011 sostiene ya que “después de practicar, durante años, el elogio de la polémica, terminé dándole la razón a Foucault: jamás surge una idea nueva en esos intercambios. Sin embargo, todavía me estimulan las virtudes morales de la discusión crítica (como alguna vez señaló Jorge Jinkis, construir la teoría de los errores ajenos exige una escucha atenta)” (97). Si hay un modo Giordano de leer, del que estoy segura que sí lo hay, consiste en algo más que la construcción del tono y el ejercicio de la crítica como lectura de singularidades: es también la capacidad de conducir esa misma sutileza a la lectura de la crítica.

Curiosamente y contra todo pronóstico pandémico, estamos en condiciones de afirmar que este es un gran año para la crítica literaria argentina: en este 2020 coinciden, también curiosamente, la recopilación de El giro autobiográfico y la reedición de Aquí América Latina (Eterna Cadencia) a diez años de su publicación. Ambos volúmenes comparten algo más que la mera disponibilidad en las librerías, porque sin inclinarnos con afección a los balances, no se puede dejar de señalar las potencias y las potencialidades que cada uno posee, las derivas que proponen y guían todavía hasta la actualidad. Comparten, en suma, la actualización de la suerte de sus publicaciones originales: una circulación renovada pero sobre todo, vital. Coincidencia feliz para lxs lectores de crítica, sin dudas.

 

Referencias

Catalin, Mariana (2010). “Ensayo, intimidad y experimentación autobiográfica”, en Boletín/15, [disponible en: http://www.celarg.org/trabajos/catalin.pdf].

Gerbaudo, Analía (2012). “Entre risas y lágrimas (insistencias sobre una inscripción y algunas derivas). Vida y obra: otra vuelta al giro autobiográfico, de Alberto Giordano. Rosario, Beatriz Viterbo, 2011”, en Bazar americano, marzo-abril, [disponible en: http://www.bazaramericano.com/resenas.php?cod=82&pdf=si].

 

 

(Actualización diciembre 2020 – febrero 2021/ BazarAmericano)




9 de julio 5769 - Mar del Plata - Buenos Aires
ISSN 2314-1646