diciembre-enero 2023, AÑO 22, Nº 90

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Si no actualizo el fotolog en 3 días por favor vengan a mi casa y rompan la puerta: 6 comentarios sobre Una oferta de pureza de Antolín
Una oferta de pureza, de Antolín, Rosario, Iván Rosado, 2020.

1

Hace algunos días, mientras escribía sobre Hacía un ruido de María Salgado y Fran Cabeza de Vaca, descubrí que la pieza textual que construyen juntos se llama Antes de que desaparezca nuestro mundo, escribámoslo. Pienso en esas seis palabras cuando llega por correo Una oferta de pureza de Antolín (Andrés Olgiatti) en medio de la cuarentena infinita. La imagen del cartero en la puerta es una escena epistolar importada de otro siglo. Inmediatamente, interpreto la llegada del libro como un mensaje de pureza en medio del caos.

 

2

La primera pregunta que se me ocurre es: ¿Quiénes van a escribir el mundo antes que desaparezca? Poner pausa justo en el momento previo a que algo se desmorone, para fijar algunas imágenes estáticas en las que, por ejemplo, Rafael Nadal mata una abeja en pleno partido con su brillante raqueta de tenis; catástrofes en las que los museos se prenden fuego, o “las cadenas internacionales de hotelería y gastronomía, / las universidades, los bancos, los cementerios”. Cuando en marzo de este año las instituciones comenzaron a cerrar sus puertas, algo de ese sueño pirómano se materializó. Aunque pronto se hicieron visibles otros modos de intromisión. El título evoca al mercado y su lógica oferta-demanda; pero no puedo relacionar estas ideas con los poemas: “No tengo compañeros de estudio porque no estudio. / No tengo compañeros de trabajo porque no trabajo”. El concepto de productividad está roto. La oferta del libro es, en realidad, un regalo desinteresado, un bálsamo de sinceridad, “solo vendo un montón de soluciones obvias”; e imaginar que todavía es posible “Escribir una novela cuyo primer párrafo comience así: “Paseaban sus rayos lásers por el espacio exterior en símbolo de paz...”; y dejar abierta una percepción de manera alucinada que permita “Hacer un dibujo: “METEORITO CHOCANDO CONTRA VOLCÁN”.

 

3

Hay un sujeto que camina como un fantasma y observa. Como Luca Prodan, se encuentra: “Protegido en mi morada del Abasto”. En ese lugar, se prepara de manera perpetua para un final que no tiene fecha exacta. Las referencias pop circulan desrealizadas por las pantallas del mundo, como el estribillo de una canción vieja: X-man, Xuxa, Los Beatles, Wonderboy. Mientras tanto, ese sujeto no pierde el tiempo, elabora minuciosamente un manual de supervivencia para ejercer una soledad vital: “Pero no pasa nada, de verdad, está todo bien”. Deambula por las calles de la ciudad e ingresa en los cientos de locales de Farmacitys para comprar chocolate y mirar cómo los policías aburridos acomodan sus góndolas. Antolín es plenamente contemporáneo pero sus poemas no están hechos del mismo material que el de sus coetáneos: “En este momento alguien está quemando mi diario íntimo/ mientras yo estoy emborrachándome”. Sin embargo, como un tejedor va hilando unos versos largos y precisos; porque es necesario redoblar la apuesta, volver a definir el mundo con una sensibilidad de este siglo y de los anteriores, con un tono pausado, laconismo tierno, “ternura punk”, tal como sugiere Cristhian Monti en la contratapa, que se impulsa a través de una serie de diagnósticos breves.

 

4

La música no va a salvarte pero sí puede transformarse en un arma que transforme tu percepción. El caminante se aleja de su casa y poseído por un repentino tourette repite mantras musicales de la música antes: “En el baño de La Perla de Once/ compusiste La Balsa/ y para mí esa es la belleza,/ una promesa de pureza en el pantano”. Ese caminante fantasmal del Abasto se encuentra poseído por un espíritu rubendariano, que actúa en él como la descarga eléctrica de un rayo (recordemos que todos los poetas son sus amigos): “Es verdad que hay cosas peores que la muerte/ la decadencia interminable/ de todo lo que alguna vez fue lo máximo” y “Aprovechemos que en esta ciudad todavía hay lugares para / deambular, / decadencia que pronto será eliminada por la regeneración/ urbana”. Al igual que Darío en sus semblanzas de Los raros, Antolín conversa con sus fantasmas. Uno por uno convoca a los espectros indies que se van haciendo presentes; así, aparece: “Laurence de Arabia cruzando el desierto de Wadi Rum, escribiendo su propio destino”.

 

5

El siglo XXI nos encontró: “Exhaustos y sobreestimulados”. La vida es superficial en un 99%” y produce un: “Ajuste automático del yo. / Todo automático”. A la vez, la lógica binaria del mundo digital no es menos absurda que la real: “En el videojuego “Wonderboy” te podía matar un caracol”. Y de repente, emerge un impulso frenético, como la idea de revolucionar una clase de yoga y romper todo, o “Recurrentes deseos de extinguir mi raza”. Sin embargo, recordemos, el observador es un estratega del cuidado. Atravesó el desierto como un profeta y anotó los delicados aprendizajes en una biblioteca de sabiduría esencial: “Cuidá a tu mamá ahora. Cuidá a tu mamá. Dejá de escribir. Dejá de pintar. Dejá de amar. Dejá de sufrir. Dejá de vivir. Y cuidá a tu mamá”.

 

6

Desde Baudelaire, la profecía de una crisis se presenta como una posibilidad renovadora. Si el “final” tiene un carácter fundacional, lo que prevalece es la estética de la resistencia. Una oferta de pureza se ofrece como la práctica y el resultado de esa estética, se materializa, específicamente, en una tecnología de la amistad. La misma que profesaba Rosario Bléfari: “Hay personas que son hermosas y otras que son como máquinas. La gente hermosa es muy poquita. Las máquinas son las que están dominando el mundo, hacen daño. Pero nosotros somos la resistencia”. Por eso, Antolín sabe que nunca estaremos del todo solos: “William Blake es una leyenda. Él es muy buen amigo mío”. A este grupo heterogéneo se suman otros: Durand y la second life, Caravaggio, Hölderlin, Emily Dickinson, los álbumes de Lucky Luke. Referencias que iluminan distintas caras de la figura, las paredes de un departamento en el barrio del Abasto al anochecer.

 

 

(Actualización septiembre – octubre 2020/ BazarAmericano)

 




9 de julio 5769 - Mar del Plata - Buenos Aires
ISSN 2314-1646