diciembre-enero 2023, AÑO 22, Nº 90
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neuro: mantra, de Rita Gonzalez Hesaynes, Rosario, Abend, 2018.
El título del poemario neuro: mantra de Rita Gonzalez Hesaynes está conformado, al igual que la mayoría de los títulos de los poemas, por duplas de palabras o sintagmas nominales separados por dos puntos. En todos los casos, el segundo de los términos aparece destacado tipográficamente en itálica.
Los dos puntos ofician de bisagras entre estas dos partes de los títulos y posibilitan su articulación, es decir, hacen de facilitadores entre las dos entidades, manteniéndolas conectadas, pero sin restarles movimiento, así “el nene ciego: pulsión” o “escolar: párser” o “tu espada en la piedra: anunciación”, por mencionar algunos. Estas bisagras van conectando la Materia de Bretaña, conceptos y procedimientos tanto informáticos como de filosofía y psicología, además del mentado mantra, que participa sin la mística hinduista, más bien como actualmente se mixtura en la cultura occidental con ese aire de transpolación funcional.
Lo que pone en acción conjunta los dos puntos es una visión del mundo construida por una circulación de personajes de las leyendas artúricas (Arturo Pendragon, Perceval, Gawain, La Dama del Lago), conectados con fallos informáticos o un déjà vu. Uno de los poemas se anuncia como una variación de las leyendas del Rey Pescador: aquí no es más que un padre de quien se hereda “la vida y el lenguaje” (21), y además es quien entrega “voraces parásitos”, por lo tanto, lo convierten en un traidor, porque dar vida es dar su contrapartida: la muerte. Las cosas, por su parte, también contienen implícitamente su destrucción, que se percibe en las trizas de lo que fue una copa:
la Caída: afirmación del consecuente
Hay una copa implícita
en los cristales rotos
que adoramos
como si aquella copa
no albergara desde siempre
la caída.
(30)
Una visión del mundo construida en otros poemas del libro por una puesta en abismo: el recuerdo del recuerdo de una Gran Ola que ingresa, arrastra, lleva, atemoriza y obliga a transformarse en la misma masa oleosa gigantesca que destruye, si no se ha caído en el abismo, esa oscuridad que encierra, donde el tiempo pasa sin poder ser registrado. Una cosmogonía en la que habitamos como “partícula o reflejo” en la expansiva-intensiva respiración del Computador galáctico, de cuya “poesía matemática germina el horizonte / de la existencia entera” (52).
Una construcción que se va realizando en condición de escolar en aprendizaje constante, de esos “que se sientan al fondo” (24) y dormitan, escribiendo en los lugares marginales, fuera de los normativizados: en las paredes, las mesas y los abismos (24), porque es en esa situación que se comprende: “donde dice tiempo / pensé vida”.
Una cita de La revolución electrónica, de William Burroughs, que encabeza el poemario cifra la lectura, porque de lo que se trata en neuro: mantra es de explorar la dimensión literaria de algunos procedimientos informáticos como el loop, o la recursión, con la intención de indagar la palabra poética dentro del campo cultural expandido de la contemporaneidad, no sólo en el de la tradición literaria.
En los poemas, ping, bug, párser, payload o algoritmo no son simples menciones a modo de guiños para captar con términos informáticos lo que es más propio de la actualidad, bien lejos se está del gesto vanguardista de los futuristas que gustaban perturbar el campo cultural de la burguesía europea, mediante la alabanza a la velocidad de los avances tecnológicos de ese momento. Aquí son herramientas de indagación poética. En “mantra: algoritmo” se repite una estrofa que prescribe las instrucciones posibles de cómo llegar al poema:
poca carne nos hace,
ínfima comprensión arriba de la huella de otra huella
de una memoria triste que repite su mantra
para sus adentros
(54)
El poema que cierra el libro se compone gráfica y lingüísticamente en forma de recursión factorial: el título, luego un texto incrustado en espejo a manera de epígrafe que tiene como única referencia el título del poema y a continuación el texto del poema que no es otro que el mismo del epígrafe. Su composición recuerda también a los grabados escherianos.
canción: bucle infinito
“Nada puede volver más que el regreso
(sólo una forma late innumerables ríos
y toda barca es la barca de Teseo).”
canción: bucle infinito
Nada puede volver más que el regreso
(sólo una forma late innumerables ríos
y toda barca es la barca de Teseo).
(64)
(Actualización julio - agosto 2019/ BazarAmericano)