diciembre-enero 2023, AÑO 22, Nº 90
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En óptica, un prisma es un objeto capaz de refractar, reflejar y descomponer la luz en los colores del arcoíris. A la inversa, Otras vidas compone un espectro de textos sobre otras escritoras, otros autores, que juntos forman un haz unificado: el prisma de la escritura expandida marosiana. A casi diez años de la publicación definitiva de Los papeles salvajes, obra poética completa, la editorial Adriana Hidalgo editó en 2017 esta recopilación de diversos materiales críticos escritos por di Giorgio que hasta el momento estaban reunidos solo en papel y en un archivo personal de su hermana Nidia, compiladora del volumen. Dicha diversidad encuentra, en principio, un hilo conductor por su agrupación en secciones tales como “Prólogos”, “Reseñas y comentarios” y “Otras vidas”, en los que Marosa escribe sobre ese ya mencionado parnaso de poetas y sus respectivas obras (¿acaso sería separable en el mundo marosiano?), así como otros encuentran su lugar bajo el título “Entrevistas, cuestionarios y confesiones”, centrados en ella.
Marosa configura un parnaso de poetas, sí. Pero este libro compone un objeto que puede ser un poco más que eso: su voz poética dialogando con otras, otros yo-es de la poesía que ella filtra, como el prisma, a través de su escritura. Estos textos, que inauguran una “crítica poetizada” —como ha señalado la especialista Rosana Guardalá—, guardan una necesaria relación tanto de referencialidad con esas otras poéticas, en tanto funcionan como comentarios, como a la vez de un marcado efecto de autorreferencialidad. Y no podría ser de otra manera. “Autoconfesión. Marosa por sí misma” es un testimonio que en este sentido registra el modo marosiano de proceder ante la lengua. “Recité, siempre; primero a solas delante de los rosales. Ahora, en diversos sitios. Me acompaña esa seguridad de recrear la escritura, dar a cada sílaba el run run que yo quiero”. De esta misma manera, el recitado de sus poemas como ocasión para la recreación de la escritura, Marosa reescribe la poesía de los escritores de su parnaso en esta operación de comentario y cita. En otras palabras Marosa, además de reseñar poéticamente la poesía, expande su propia escritura poética, de los versos a la prosa.
Este fenómeno de expansión de la escritura, que halla diferentes modulaciones en tantísimos escritores y escritoras, se presenta en Otras vidas como “un resplandor, un arco iris, que se autoabastece y da más resplandor y arco iris” a la zona de la escritura poética marosiana que goza de mayor difusión; como un plus de luz que se abre paso por los poros de la autonomía literaria irradiando mucho más que su propia obra. Otras vidas tiene ese doble mérito, nos hace entrar por la tangente de los otros al mundo marosiano, y justamente por eso nos da a conocer el carácter diferencial de esa vida: el inconfundible estilo de la poeta.
Terminemos con un fragmento del prólogo a cargo de Eduardo Espina, “Mariposa pelirroja de colección”: “Le había costado una vida con todas sus horas alcanzar el reconocimiento. En las ideas y vueltas del certamen de la belleza literaria le había tocado, justo cuando el tiempo amagaba con llegar a su fin, obtener un porcentaje perfecto y representar el identikit de palabras que al siglo le levantaban el ánimo. A Albert Camus pertenece la frase: ‘El sol que reinó sobre mi infancia me privó de todo resentimiento…’. Espécimen raro para un país como el Uruguay, con tanta gente resentida, Marosa andaba por donde le tocara iluminada por el sol de su infancia, aunque eso no apareciera mencionado en los noticieros de sus días”.
(Actualización septiembre – octubre 2018/ BazarAmericano)