diciembre-enero 2023, AÑO 22, Nº 90

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Hacia una crítica del Génesis latinoamericano
Narraciones de la independencia. Arqueología de un fervor contradictorio, de Dardo Scavino, Buenos Aires: Eterna Cadencia, 2010.

 

1. Disciplinamiento y desorden

Los años ochenta del siglo XIX transformaron la historia en una disciplina, no en el sentido académico sino en una orientación más literal, donde lo acontecido se ordenó, se simplificó, se arregló, se homogeneizó, se modeló. Ante la menor discordancia entre hombres, entre proyectos e ideas, la historia oficial limó las asperezas toda vez que pudo y, cuando no, redujo cualquier conflicto a meros malentendidos personales entre sus grandes hombres –nos lo dice Tulio Halperin Donghi–, o desterró al pabellón de los demonios a quienes se transformaron en enemigos.

Así como en periodización literaria se puede hablar de un primer Borges, un segundo Borges o, en la historia de las ideas, del primer Alberdi, el segundo y con este sencillo sistema se suprime cualquier disonancia y se confirma la figura de autor, esa unidad omnipresente frente a los relatos del pasado, también se ha tendido a ordenar y justificar los cambios de opiniones, las posiciones políticas no ya de un grupo sino de un mismo individuo. No obstante, si arañamos apenas un poquito la trama de ese disciplinamiento, saltan las contradicciones, las complementariedades, las ambiguas impresiones, los dobles o triples relatos.

Justamente, el libro de Dardo Scavino hiende y escarba en la escondida veta de las paradojas y los relatos dispares de los letrados de las revoluciones americanas, antes de ellas, durante y después. Con la lupa de un avezado detector de microorganismos, escruta las escrituras –proclamas, textos jurídicos, poesía cívica, libelos, ensayos– de quienes han participado (en la construcción o en la condena) de los “fervores revolucionarios”, desde Sigüenza y Góngora hasta Monteagudo; de este modo desordena las imágenes estáticas, petrificadas, que han sobrevivido a la vida de aquellos hombres y al canon, por así decir, de esos nombres. Porque, a simple vista, con el índice en la mano, Simón Bolívar o Monteagudo se acogen  a esta “arqueología” con facilidad, pero, reitero, a simple vista, quizás un Servando de Mier o un Camilo Torres Tenorio sean nombres un poco más difusos y se los introduce en esa colección, renovándola. El elemento común entre todos los integrantes de la colección es la construcción de un relato personal que irá oscilando convenientemente entre la epopeya popular americana – la conquista como usurpación–  de las revoluciones locales en tanto “inversiones simétricas de la conquista” (105) y la novela familiar del criollo – el reclamo de los españoles americanos como herederos legítimos. El argumento de Scavino, entonces, posibilita revisar el binarismo antitético y simplificador entre la tesis hispanista y la indigenista.

 

2. Arte de narrar

El libro de Dardo Scavino pone en primer plano la narración como dispositivo para examinar ideas, hechos y hombres del pasado. La narración sobrepasa los géneros esperables en un ensayo: introducciones, excursus, epílogos, que, por lo común, abandonan la narratividad y privilegian la argumentación explícita y conclusiva, aquí están dotados de narración, de una forma de hacer el relato de la historia como un cuento y un retrato. Porque, a su vez, cada hombre retratado señala un mapa en el tiempo y el espacio y en esa sucesión de personajes a los que el narrador se aproxima con familiaridad, sin atacarlos, pero exhibiéndolos en sus complejidades, contradicciones; luminosos a veces, aberrantes, otras, sucede la historia, el derrotero y, diría, la biografía misma de una idea.

Esa idea, de la que se narran caras, papeles y aconteceres, es la configuración de la perspectiva criolla, explicitada aquí como el punto de vista hegemónico a través del cual se han armado las revoluciones criollas, se las ha sostenido con ciertos argumentos y acciones y, también, con los mismos actores, se las han desarmado o transformado en miradas del status quo.

 

3. Los bicentenarios americanos

La postulación de Scavino es una apuesta fuerte a la revisión de cuestiones relativas al Bicentenario en un marco, que en primer lugar permite, a quien le interese, situar el fenómeno local en su contexto latinoamericano y, en segundo término, posibilita vincular el mundo de las revoluciones decimonónicas con las miradas que las precedieron y las reescrituras que las consolidaron. En este sentido, me parece interesantísimo constatar que la hipótesis del doble relato resiste la confrontación con escritos revolucionarios no incluidos en la colección de Narraciones de la independencia, tal el caso de los sermones y arengas del deán Funes o Fray Pantaleón García, entre otros. En efecto, los argumentos del texto pueden ser pensados en otros relatos, lo que muestra que su constitución no está desprovista de historicidad ni de especulación teórica y que no han sido identificados para que “cierren” en un corpus ad hoc.

Dardo Scavino, profesor de literatura latinoamericana en la Universidad de Versalles, propone pensar, en última instancia, los discursos que articulan la sustanciación de ideas como relatos que exceden, por una parte, la excepcionalidad del héroe y, por otra, el carácter performativo que los conforma y la modelización de los conceptos que dominan el proceso revolucionario. Así, el autor de La filosofía actual o El señor, el amante, el poeta. Notas sobre la perennidad de la metafísica, insiste, como en estos casos de corte netamente filosófico, en indagar, desde el rigor metodológico, las aristas de los objetos, los sujetos y sus lenguajes.

 

 

(Actualización agosto-septiembre 2010/ BazarAmericano)

 




9 de julio 5769 - Mar del Plata - Buenos Aires
ISSN 2314-1646