diciembre-enero 2023, AÑO 22, Nº 90

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Osvaldo Aguirre
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Colaboran en este número

Matías Moscardi
/  Osvaldo Aguirre

Carlos Ríos
/  Ana Porrúa

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/  Antonio Carlos Santos

Julio Schvartzman
/  Federico Leguizamón

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Julieta Novelli
/  María Eugenia López

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Diseño

Federico Leguizamón

Salgo a caminar
Un apartado

Camino sin rumbo?

por el mundo?

o no pues ya estaba guiado por un deseo prenatal independiente de lo que había en el universo?

Fui depositado aquí y las señales indicaron caminar, avanzar aunque detrás vengan cortando cabezas. El territorio a recorrer: el del planeta tierra; las posibilidades: ninguna previa, todas en el futuro. Dejar el lugar en donde se pasó la noche, alimentarse, beber líquidos, dialogar, evitar a los extraños.

Caminar y el panorama aparece como un montón de puntos que dan una imagen, y el viento, el viento parece que la materializa, hace a la realidad corpórea. Lo que se ve podría ser como una imagen en movimiento pero esta vez es de guiones! rayas! puntos y guiones! garabatos también!

Caminar, recorrer un libro, leerlo, escribirlo incluso y en ese juego la denominada respiración sopla sobre el tiempo, un reloj con polvo, y el espacio… y de los signos el guion por ejemplo comprime y en su fluidez avanza como piedra girando hacia abajo en la montaña hasta el final paf sobre el río.

 

El guion es un punto arrastrado, como una chispa fotografiada se estira, es la detención de un tiempo más efímera que los puntos suspensivos, la línea que une por ejemplo a las Tres Marías, separa y aclara, son dos cosas distintas, es tensión gráfica, en su lectura ayuda como un paréntesis aunque no es la curva del paréntesis que corta el discurso, aclara o introduce (corta) el fluir que un guion puede permitir.

El guion es como seguir respirando, no es como una pausa, es como seguir viviendo, incluso, como un nuevo inicio dentro de ese seguir.

Usado por Proust y Keroauc, es una respiración! aguante el guion.

No es el corte de la barra que hace de su pausa la ideal para el poema con poco espacio o comprimido tipo parrafal.

El guion en el caminar sería mirar para el costado pero no detener los pies.

La diferencia podría surgir entre el guion corto usado para diálogos, o largo a veces arrastrado en el piso tipo espacio para mail; en este caso el guion al medio flotando entre palabras– o– letras, es como un plato volador que observa el espacio entre esas palabras, flota, mantiene espacio y tiempo pero sin distraer, puede cambiar de tema incluso, ser el inicio de algo en el medio de algo.

Si, el guion también es espacio y no de tres puntos.

Me quedo pensando en el guion como barras negras que caen del cielo a las palabras escritas me protejo, al dialogar de la calle en donde muchos tal vez solo quieran ser puntos suspensivos, comas, o el amado punto y coma, por ejemplo, y nada más allá de ese final zombie que masculla al pasar– el guion entre las palabras– oh salve; si suprimimos todas las palabras y dejamos solo los guiones de un autor que los utilizó también tenemos como esos experimentos con las comas que se hicieron sobre textos de Getrude Stein – – – –

Llego a un lugar en donde los cerros son como abuelos que reposan atentos. Las personas, puntos. Si esos puntos son como bombas pequeñitas, el guion es la respiración que sigue. Se ven las cosas como desde un plato volador entre dos nubes, dos nubes que también son sabios monstruosos que reposan y cambian como en un texto las emociones y sus formas sagradas, continuamente, en armonía.

Salg’caminar.

Hac’bien, recrea el espíritu.


(Actualización marzo-abril 2019/ BazarAmericano)




9 de julio 5769 - Mar del Plata - Buenos Aires
ISSN 2314-1646