diciembre-enero 2023, AÑO 22, Nº 90

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Editora

Ana Porrúa

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Matías Moscardi  /  Carlos Ríos
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/  Ana Porrúa

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Osvaldo Aguirre
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David Wapner
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Colaboran en este número

Matías Moscardi
/  Osvaldo Aguirre

Carlos Ríos
/  Ana Porrúa

Carlos Battilana
/  Adriana Kogan

Ulises Cremonte
/  Antonio Carlos Santos

Julio Schvartzman
/  Federico Leguizamón

Javier Eduardo Martínez Ramacciotti
/  Fermín A. Rodríguez

Julieta Novelli
/  María Eugenia López

Felipe Hourcade
/  Carolina Zúñiga Curaz

Juan Bautista Ritvo
/  Marcos Zangrandi

Rodrigo Álvarez

Curador de Galerías

Daniel García

Diseño

David Wapner

Columna Barrofón
Diálogo égolo
(Mudena y Fardina y el asunto del camino)

En el marco de la competencia entre Mudena y Fardina por posicionarse en la elite, y que dura ya cinco años, se registró esta polémica que se convirtió con rapidez en un virus triunfal: Es de notar que el momento no era el más propicio para discutir tales proposiciones, justo cuando la violencia se adueñaba de la ciudad, y de otras vecinas también. A cada rato moría Marfona o Farfón, e incluso los coyotes comenzaban a desconfiar del contenido de las bolsas de residuos, luego de que uno de ellos, al abrir una de ellas,  se topara con un cuchillo con una lonja de pollo aún clavada en la punta. Una hiena, que en situaciones normales hubiera disputado al mismísimo león ese bocado, se abstuvo y pegó la media vuelta.

Esto es lo que se dijeron:

 

Enseña Mudena que hay millones de caminos para llegar al poema, pero el verdadero poeta tiene el talento, o intuición, de encontrar aquel que es único.

Explica Fardina que el verdadero poeta es aquel que elige todos los caminos a la vez, se pierde en ellos y la relación de ese viaje es el poema.

Replica Mudena que, si el poeta se pierde por millones de caminos, y deja constancia de su extravío en un poema, este poema se convierte en un único camino: el poema comienza aquí, y termina allí.

Reprueba Fardina con este argumento: las múltiples lecturas que ofrece un gran poema son prueba de que el haberse el poeta internado por infinitos caminos y haberse extraviado en ellos no fue en vano.

El contra-argumento de Mudena dice que las múltiples lecturas que emanan de un poema notable son posibles gracias a que el extravío del poeta quedó plasmado en un único camino.

Ja, ja, aplaude Fardina, y retruca que en cualquier momento vendrá el hijo o el nieto de Pablo Katchadjian y se pone a engordar ese camino, aquí y allá, y que esa expansión no tiene límites.

En el turno de Mudena se le escucha responder que todas las expansiones, proyecciones y radiaciones se remiten a un mismo origen, que no se pierde, que está ahí, en el núcleo, sin el cual la gordura no tendría asiento.

Pero Fardina es duro, y apunta que David Wapner, o sus descendientes, podrían instalar un algorritmo que semejando un tumor, haría irreconocible el camino, o lo multiplicaría en las distorsiones que le permitan su salud.

Para Mudena todo es fácil, dice que un algorritmo se decodifica, que el tumor remite, y el camino, que es único, se cura, y vuelve a su forma, con principio y con fin.

Fardina tiene su carta, Sebastián Bianchi o sus bisnietos, que aislarán uno a uno los átomos del poema y los pondrán a representar obras de títeres, que se representarán todas en simultáneo.

Mudena reacciona como un rayo y sentencia que esa multitud simultánea suena como una sola a los oídos humanos, y que de hecho es una sola, no importa las partes que la compongan, y que un oído absoluto podría transcribirla en un sólo trazo.

Va a venir el tatarasobrino de Emeterio Cerro, gritó Fardina, acompañado de un perro bóxer, que se va a meter el poema en la boca, y el muchacho se lo quitará de la boca, porque es valiente, y con los girones que rescate de las fauces del can, hará una plaqueta con una tirada de 300 ejemplares.

Mudena, al borde del espasmo, pide que le den un molde de la dentadura del bóxer y en dos patadas reconstruirá los agujeros, coserá las rasgaduras y el poema volverá a su unicidad, y agrega: “El perro es tonto, cree que al comerse el camino, no deja un vacío. El vacío tiene forma, sólo falta ponerle relleno”.

Es aquí que Fardina saca una pistola y dispara a quemarropa a la cara de Mudena.

Luego, se pega un tiro.

 

(Actualización noviembre 2015 – febrero 2016/ BazarAmericano)

 

 

 

 




9 de julio 5769 - Mar del Plata - Buenos Aires
ISSN 2314-1646