diciembre-enero 2023, AÑO 22, Nº 90
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Sentado frente a un Apu, mirando la distancia, siento que el cerro guarda voces, presencias, entre sus pliegues y que en esos pliegues nace la energía; Apu bueno, Apu malo, dice en un relato Arguedas.
Tengo la sensación física que viene de la quebrada y que en esos pliegues está esa energía, de donde viene la energía.
De la tierra, de la gente que vivió, de toda la historia de la humanidad, de los habitantes, la sensación de que el cerro habla.
Le pregunto a Mario Vilca y me dice entre otras cosas: "Pachacámac es la fuerza que anima el mundo, no la que crea el mundo por primera vez. Esa fuerza está en todos nosotros, en vos, en la piedra, en el cerro y en determinado momento se anima… Y eso tiene que ver con los rituales, un acto que lo actualiza y va dirigiendo o va tomando esa potencia… En algunos lugares hay concentración de Cámac (Kamaq). Hay lugares que están más cargados que otros... Alguien me dice: “Los antigales están muertos de hambre, están temblando de hambre," uno tiene que estar atento con la energía del lugar..."” y me recuerda, por ejemplo, Ecuador: los derechos de la madre tierra.
La materia tiene vida, una historia escrita, no dicha, guardada, secreto en la gente, seguridad en movimientos, silencios, la vida en las montañas andinas.
Viento, voces, unos turistas, voy caminando por una quebrada, allá, ahí, camino pensando en el tiempo que pasó desde la última vez que estuve acá. Escucho el flash de una cámara fotográfica que se repite ¿por cinco? Quedo en esas fotos pero sigo avanzando y no me acerco para ver cómo salí.
La tierra descubierta, después, quién sabe del después.
Poesía, vida, vidas vividas, respiraciones, pensamientos.
Me hablan, creo, los cerros, me dicen, creo, algo que no entiendo. Seremos vida hasta que después...
Un punto en el medio de las montañas, cerros, no sierras, cerros bajos, por acá el más alto es de 5.800 metros sobre el nivel del mar.
Cerros, ríos, energías que atraen al poblado.
¿Y sobre el río? Rio. - Río de piedras, monte, desierto. Montañas. Viento. Y después silencio.
Viento, montaña, smiley, montaña, colectivo, burro, pastores, montaña, casas de adobe, bar en la esquina, música en la noche, músicos tocando, un secreto, montaña, smiley, smiley, chicos y chicas que bailan, noche, estrellas, montaña, luna, luna, lunaza, silencio, viento, montaña.
Una historia por ahí, bienvenido a los Andes, iluminado por el pueblo, iluminado en la visita, tierra profunda que clama aunque no la escuchamos que clama y dice, es, ahí está, montaña.
Hola, permiso, saludo. Hola, permiso, montaña: Cerro, Apu.
Concentración, voces lejanas. Autos, camiones hacia la frontera.
Un pueblo en las montañas, silencio.
Allá, una lucha de pobladores. Corte de ruta y asamblea. Humo, voces en megáfonos. Mina a cielo abierto. Hoy el porcentaje que queda por la explotación minera en Argentina es bien diferente al porcentaje que Bolivia impuso en su territorio. Otro día escucho en la radio a un representante del gobierno que dice: "Pero el pueblo debe ayudar a la minería con su conocimiento, aportar”. Mozos que aprenden inglés. ¿Le cargo su valija, señor? Patrimonio de la humanidad. Hoy, se dice, el ochenta por ciento de los niños de Abra Pampa tiene plomo en la sangre.
"La minería es para siempre porque los investigadores buscan nuevas propiedades en los minerales," dice el entrevistado.
Un Apu, un cerro, una corriente de cerros que dice…
Un cuerpo, manos, huesos. Palabras sin importancia. Sonrisas, dientes, ausencia de dientes, autos veloces y sin respeto. Histeria andina, hormigas que perdieron el camino se mueven rápido hacia ninguna civilización o hacia una civilización futura, que no veremos. Enojados en sus autos, chapas bajo el sol. Viento norte, creencias ancestrales. Un auto cargado de flores. Perros ladrando. Cumbia, soledad y regetón. Un pueblo en las montañas ni muy al sur ni muy al norte.
Habla.
(Actualización julio – agosto 2015/ BazarAmericano)