Noelia Farías nació en Córdoba en 1978. En la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba se recibió de Profesora Superior de Educación en Artes Plásticas. Asistió al taller del artista Carlos Crespo. Actualmente vive y trabaja en Buenos Aires.

Ha participado en la muestra Lejos, Artistas en Cooperativa, Dean Jensen Gallery, Milwaukee, Wisconsin, 2014, y en numerosas ferias de arte. Su obra ha participado de diversos premios y concursos, como el Salón Nacional de Pintura Banco Nación, Buenos Aires, en 2011 y 2012 y la Bienal Premio Federal, del Consejo Federal de Inversiones (CFI), Buenos Aires, 2001, 2007 y 2011.

Entre sus últimas muestras figuran: Huecos, Palais de Glace, Buenos Aires, 2015 y Simulacro Fantástico, Galería Artis, Córdoba, 2013.

Ha obtenido, entre otras distinciones, el Premio Adquisición de Pintura, Región Córdoba de la Fundación OSDE en 2006, la Mención Especial Adquisición, en el IV Premio Nacional de pintura del Banco Central de Buenos Aires, 2010 y el Tercer Premio Adquisición de Pintura, en el VIII Premio de Pintura Bancor, Córdoba, 2015.

Su obra forma parte de las siguientes colecciones: Haggerty Museum of Art at Marquette University, Milwaukee; Banco Central de la República Argentina; Fundación OSDE; Fundación Williams; Consejo Federal de Inversiones (CFI); Sanatorio Finochietto; Bancor, Banco de Córdoba.

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Las ninfas -señala Pierre Grimal en su diccionario de mitología griega y romana- son doncellas que pueblan los campos, los bosques y las aguas. Seres elementales, protectores de la naturaleza. Longevas, aunque no envejecen son mortales. No tienen alma, apunta Paracelso, hasta que no copulan con humanos. Innumerables, se las ha clasificado en diversas categorías. Las Náyades, por ejemplo, son las ninfas del agua dulce, protectoras de arroyos, pozos, estanques y manantiales en los que habitan. Las Hamadríades son las ninfas de los árboles, nacen con el árbol que protegen y comparten su destino, incluso la muerte. Aby Warburg estudió la supervivencia (nachleben) de las ninfas griegas en el arte del Renacimiento (en Boccaccio, en Botticelli). Siguiéndolo, tanto Didi-Huberman como Agambem han frecuentado el tema.

Las ninfas parecen renacer nuevamente en las pinturas de Noelia Farías. Sus cuadros están mayormente protagonizados por jóvenes, casi niñas, silenciosas –sí, podemos percibir el silencio en la pintura–, distantes y enigmáticas. Las adivinamos inextricablemente asociadas a la naturaleza: a un árbol, un bosque, un curso de agua…

En sus cuadros el tiempo se ha ralentizado, o directamente se ha detenido. No hay narración alguna. En el centro de sus pinturas hay un hueco, un vacío, en torno al cual se organiza. Detrás de los ojos de las doncellas sin alma, un secreto… un misterio que parece provenir del comienzo de los tiempos y que nos fascina y atrapa nuestra mirada.