Galería de: Nahuel Vecino
Nahuel Vecino nació en Buenos Aires en 1977. Realizó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. En 2003 fue seleccionado para participar en la Beca Kuitca para jóvenes artistas.
Hizo su primera muestra individual en el espacio Belleza y Felicidad en 2001
Ha participado en numerosas muestras colectivas como Museo Salvaje curada por Fernando Brizuela en el CCEBA, Buenos Aires 2008; Pintura Subyacente, CCEBA, Buenos Aires, 2006; Manos en la masa. La persistencia (Pintura Argentina de 1975 al 2003), Centro Cultural Recoleta, Sala Cronopios, Buenos Aires, 2003 y Juventud Clandestina, Proyecto de artistas, Colonia, Alemania 2003.
Entre sus últimas muestras individuales se cuentan su presentación en el Arts Project Space de la Feria de arte PINTA en Londres, 2010; Incesante mutación del Río Noche en Cobra Galería, Buenos Aires, 2011; Aurora Real, en Galería Miau Miau, Buenos Aires, 2013, y Dolcezza al Cuor, en el Museo Emilio Caraffa, Córdoba, 2013.
EN 2006 se publicó El secreto de las musas, un libro sobre su obra.
Dice Benjamin: "no es que lo pasado venga a volcar su luz en lo presente, o lo presente sobre lo pasado, sino que la imagen es aquello en la cual lo sido se une como un relámpago al ahora para formar una constelación." Pintando irónicas pastorales Nahuel Vecino recurre a la tradición, pero no como una vuelta a una mítica edad dorada, ni tampoco como un saqueo a los despojos del pasado vencido. Es el nachleben, el retorno de aquello que aparentemente estuvo muerto. ¿Cómo no reconocer en esos ojos desmesuradamente abiertos, en esas miradas que no nos miran, sino que miran a través nuestro o a un lado, la mirada expectante y la tez morena de los retratos coptos de Al Fayum? Y sin embargo, es, claramente y al mismo tiempo, la periferia suburbana de la argentina post-Menem, la argentina cartonera.
En un momento en el que el mandato es la novedad permanente, la vanguardia como renovación de stock de un mercado globalizado, la estrategia de Vecino no es la vuelta al pasado, sino permitir que ese pasado irrumpa como presente. Es desmontar la historia. Las referencias se abisman y no son casuales: el "nuevo realismo" de Berni y Spilimbergo, pero también y tal como ellos mismos lo habían hecho, se recurre a Giotto, Massaccio, Duccio, un renacimiento que ya era en sí justamente eso, un nachleben der antike.
No sin humor, el barrio porteño de Pompeya y la ciudad romana que le da nombre se reencuentran en las iconografías de Vecino. La cabeza rodante de Orfeo despedazado por las ménades se actualiza en las victimas de la narco-violencia de Michoacán. Y en sus obras más actuales reviven antiguas mitologías con una técnica que evoca los azulejos portugueses del siglo XVIII.
Al mirar sus obras pensamos en Benjamin, en Blanqui, en Warburg, pero también en Arlt y en Discepolo.