diciembre-enero 2023, AÑO 22, Nº 90
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Y Abraham se quedó en Bersheva.
Génesis, 22, 19
Decidido, inseguro,
el señor dijo:
“Si me querés de verdá,
agarrá y matá a tu hijo”.
“Qué demanda padre, padre,”
protesta el padre de Isaac.
"Abran cancha, abran cancha,
por donde pueda rajar".
Suspira y saca el puñal
y lo lleva con la leña.
“Vamos, hijo, al sacrificio,
que haremos en esa peña.”
El pibe no entiende nada.
“Y el cordero, ¿dónde está?”
“Por eso no te preocupes.
Si falta, dios proveerá.”
Dios provee. Orden, peña,
padre, mano; hijo, cuello.
El padre toma el puñal
y se dispone al degüello.
Entonces, desde la máquina,
llega el ángel, y ya ve:
“Pará, hermano: era una prueba.
En serio no la tomés.”
“Si no es en serio, es en broma,
y como broma, fatal”,
responde el padre, cebado.
“Mah sí: yo lo mato igual.”
Al ángel, que es emisario
y el mismísimo emisor,
medio como que le gusta
esa ofrenda de mi flor.
Pero no quiere cargar
de esa sangre su conciencia
y lo bendice y maldice
por su des y su obediencia.
Quien prole da, prole quita,
y es justo que esto decida:
“Tendrá tu gran descendencia
felicidá filicida”.
Farsalia, 14
(Actualización diciembre 2020– febrero 2021/ BazarAmericano)